El cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos pueden actuar como impulsores de la migración. Pero en algunas situaciones, las poblaciones vulnerables simplemente no pueden irse, incluso si quisieran.
En un nuevo estudio dirigido por el Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA), los autores argumentan que estas «poblaciones atrapadas» necesitan políticas personalizadas para protegerlas de los riesgos climáticos en su ubicación actual, o permitirles migrar si así lo desean.
Lisa Thalheimer, investigadora del IIASA y autora principal, dijo: «Las poblaciones involuntariamente inmóviles son grandes y variadas en su exposición a diferentes amenazas.
«Las barreras culturales y jurídicas, el acceso limitado a la asistencia humanitaria… Los conflictos y la pobreza hacen que los medios de vida de esas poblaciones sean especialmente vulnerables a las amenazas inducidas por el clima, como las sequías, las olas de calor o el aumento del nivel del mar».
Los investigadores dicen que la investigación actual sobre la movilidad climática se centra en gran medida en las poblaciones móviles, excluyendo a aquellos que no pueden o no quieren moverse.
«¿Qué pasa con la gente que quiere mudarse pero no puede?», dijo Thalheimer.
«Se trata de personas atrapadas por la pobreza, las barreras legales o las limitaciones sociales, que viven en barrios propensos a inundaciones, campos de refugiados, zonas de conflicto o incluso dentro de islas de calor urbanas».
Para estas personas, «irse no es una opción, y quedarse es cada vez más peligroso».
Ignorar a estas poblaciones las deja en mayor riesgo de desastres relacionados con el clima, mientras que la integración de sus necesidades en la planificación puede transformar las estrategias de resiliencia, según los investigadores.
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Es el borde duro de las realidades sociales, políticas y económicas lo que atrapa a las personas en situaciones peligrosas.
Colin Raymond, investigador de la Universidad de California
Refugiados rohingyas
Publicado en Comunicaciones de la Naturaleza, el estudio destaca una serie de estudios de caso que reflejan las barreras políticas y legales a la migración que enfrentan las poblaciones vulnerables.
Thalheimer citó como ejemplo a la población de refugiados rohinyá en Bangladesh, que vive en algunas de las zonas más densamente pobladas del mundo y se enfrenta a un alto riesgo de deslizamientos de tierra e inundaciones.
«Debido a la falta de datos, puede ser extremadamente difícil para los responsables políticos desarrollar políticas adaptadas a las necesidades de esas personas», dijo.
Con el fin de abordar este problema, los científicos elaboraron una serie de recomendaciones para ayudar a los responsables de la formulación de políticas a estimular un cambio positivo.
Sugieren llevar a cabo una investigación sistemática…